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El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter falleció este 30 de diciembre a los 100 años, dejando un legado de servicio público y dedicación a la paz global. Carter, quien ocupó la Casa Blanca entre 1977 y 1981, es recordado por su labor en la promoción de los derechos humanos y la resolución de conflictos internacionales.
Nacido en Plains, Georgia, en 1924, Carter fue un hombre que siempre priorizó el bienestar humano. Su presidencia estuvo marcada por la firma de los Acuerdos de Camp David, que establecieron la paz entre Egipto e Israel, un logro que le valió el Premio Nobel de la Paz en 2002. A lo largo de su vida, se dedicó a diversas causas, desde la construcción de viviendas a través de Habitat for Humanity hasta su trabajo con el Centro Carter, que lucha contra enfermedades y promueve la democracia.

El final de su mandato presidencial estuvo marcado por desafíos, como la crisis de los rehenes en Irán y las dificultades económicas internas. Sin embargo, su vida posterior a la presidencia demostró su resiliencia y compromiso con el servicio público. Tras dejar la Casa Blanca, Carter continuó su trabajo humanitario, convirtiéndose en un modelo de integridad y humildad.
La familia Carter confirmó su fallecimiento en una declaración, agradeciendo a todos por el apoyo recibido durante sus años de vida. La noticia de su muerte ha sido recibida con tristeza por miles de personas, quienes lo recuerdan no solo como un líder político, sino también como un defensor incansable de la paz y la justicia.
Carter, quien vivió una de las vidas más largas de cualquier presidente estadounidense, deja un profundo impacto en la política, la paz mundial y la filantropía.